Sueños existenciales
ligados a leyes físicas,
cuando nos miramos a las manos
y nos volvemos a encontrar.
Una mirada detrás del espejo
buscando algo de certeza,
en el momento en el que
nuestros nervios comienzan a fallar.
Una revelacíon limpia y clara
que nos encoge y arrodilla,
con riesgo de conversión autómata.
Da miedo, la verdad.
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