Aquí estamos,
siempre dispuestos a darlo todo por...
je, je... si tan siquiera fuera algo.
Camino de unas metas
que no entendemos ni cuestionamos
y en el fondo ni queremos saber,
pero seguimos p'alante, claro que sí,
asustados como un maldito rebaño.
¿Hacia donde nos dirigimos?
¿De dónde hemos partido?
¿Acaso tenemos las respuestas?
¿Definitivas?
¿Entonces dónde vamos con
este ritmo intolerante y descarado?
Mentimos con burbujas creadas
que son cadenas, en realidad,
que no nos permiten "conectarnos",
quiero decir,
mirarnos a la cara y cogernos de las manos.
Y todo para, ¡Oh!, no decepcionarnos,
ya no, decimos, hay marcha atrás
después de todo lo andado.
Pues bien,
no hay sitio alguno adonde ir,
al menos no en esta realidad.
No en este plano.
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