martes, 13 de marzo de 2012

De las ruinas que me encuentro
fabrico remendadas rimas
que saben a sangre y cuero,
adictas al querer y no poder
realizarme más allá
de lo límites que
me impone vuestro ruedo.
Así que aquí me quedo,
escondido, cobarde, asustado,
palabras que solo tienen sentido
en determinado pueril cuento.
Fiel a mí mismo solitario,
dependiente del problema común,
nuestras relaciones y su esencia.
Enganchado a vosotros,
a convertiros en versos.
Se enciende la luz del candil
para alumbrar lo que aún no hemos visto,
la historia que no nos gusta contar,
de la que siempre habrá un momento mejor para hablar,
la de nuestras aspiraciones, promesas e instintos.
Escondida tras una mueca de voz
publicista de la paradójica evidencia,
de la que nos convertimos cómplices,
ya que, en nuestra mente se dibuja,
al callarnos, la contradicción expuesta,
por una única razón
y con un sólo gesto vendido
al silencio de la conveniencia.

"Reacción"

Déjalos que inventen mundos
y que nunca sepan lo que son,
así no evolucionen y perdidos
busquen culpables a los
que señalar con dedo acusador.
Mientras, camino nuevo,
cruzándome con varios tipos
de personas, siempre más de dos,
que no intentan hacer de mi
pensamiento un producto
del que benefeciarse.
No, hoy tampoco sale el Sol,
ni importa como siente esto
que mi mente dormida parió,
yo me quito las legañas que
hacia años que no me dejaban ver,
hasta vuelvo a escribir un poema
con señales dentro de él
que sólo entiendo yo.